martes, 9 de febrero de 2021

REDACCIÓN Y GENERACIÓN DE CONTENIDO

 Realizo tareas de escritura, redacción y generación de contenido.


Los últimos proyectos en los que he trabajado pueden verse en Paka-paka y Amazon Prime.


Para contrataciones: jimenarepetto@gmail.com

lunes, 1 de febrero de 2021

BIO ACTUALIZADA





Jimena Repetto colaboro como guionista a nivel internacional en proyectos audiovisuales a nivel internacional para productoras  como Gaumont, Rebolución y About.

Mis últimos trabajo fueron "El Presidente" S01 y "Te prometo una larga amistad", película que se encuentra en etapa de prepoducción y tratamientos comerciales de publicidad.

Me desempeño como guionista, realizando servicios de escritura, redacción, edición y corrección. 

Para contrataciones: jimenarepetto@gmail.com 

martes, 12 de enero de 2021

Leer Cheever

Leer Cheever. Aunque se me caigan los ojos de sueño y rueden en la inclinación del libro. Leer Cheever como quien visita una estación de tren sin dinero en el bolsillo y viaja con el pasaje de los otros.

Leer Cheever y recordar cómo seduce la literatura y cuánto de poesía hay en la mejor narrativa.

Leer Cheever para esquivar una noticia, para esquivar el tiempo, para esquivar el paso del día a la noche.

Leer Cheever para un nuevo proyecto, porque todo guionista debe nutrir su trabajo.




martes, 1 de diciembre de 2020


Para escribir un guión se necesita contemplar el mundo audiovisual con una mirada focalizada en la plataforma a la que aspira.
Como guionista, analizo y desarrollo proyectos con el objetivo de encontrar el equilibrio entre el deseo del autor y la posibilidad real de producción. 

Contrataciones: jimenarepetto@gmail.com



jueves, 5 de noviembre de 2020

Es hora de escribir



Si bien escribir es un acto individual, corregir un texto puede volverse un camino arduo si no se comparte.

Juntos podemos corregir el texto en el que estás trabajando en mis clínicas personales de obra. 

Si necesitás mejorar tu guión y/o texto dramático, podés escribirme.

Consultas: jimenarepetto@gmail.com

domingo, 30 de noviembre de 2014



No son horas

Le decían El Tigre
me acuerdo
siempre con esa camisa
arrugada siempre
por el parque no son horas
los faroles parecen estrellas
suspendidas
a tres metros del piso
a punto
de estallar.

Mi sombra podría
acechar el monumento
que debería tener tu nombre
tu parque no son horas
y yo.

Le decían El Tigre siempre
y no sé por qué
no me animé a preguntar.

Me siento en el banco del Tigre
quisiera tener un perro como él
un perro gris de collar rojo que supiera
devolver las ramas que le lanzo
como dagas invisibles.

No va a venir
no va a venir nunca más.

Podría tallar mi nombre
podría ser éste mi banco
y sentarme
no son horas y yo
enjaulada en el parque
mientras los pájaros se deslizan
entre las sombras de los plátanos.

Sé que le decían El Tigre
todos como decían
que yo me parezco a
y estaban equivocados.

No tengo garras
no tengo forma de rasgar este banco
con las uñas
no tengo forma
sólo dos alas atadas al cuerpo.

Un día me mostró los ojos El Tigre

sh…

las presas escuchan siempre
en las pupilas de los predadores
el silencio que se abre
antes de que ocurra el ataque directo
preciso
menos de un minuto.

Más se tarda en
me acuerdo
la camisa arrugada
un perro gris
casi una sombra.

Pero
hoy no va a venir
porque ayer
algo no salió
alguien no salió
algo se detuvo.

Debería tallar mi nombre
debería ser éste mi banco 
y que estallen
los faroles estrella

o traer un perro que responda
a mi mirada
siempre un perro gris
como fui yo
a cualquier hora
devolviendo las ramas
cuando el parque era tu sombra
y tu sombra era yo.





Tres átomos

Dijo que tenía tres átomos tatuados
y giraban
sobre su piel
sobre su pecho
sobre donde, imagino,
estará su corazón.

Dijo que eran negros
profundos
como serán las estrellas
las moscas de verano
o los autos que recorren las autopistas.

No sé por qué
pero los átomos
me generaron cierta intriga
como si escondieran un mandala.

Le pedí que me mostrara esas partículas
pequeñas cicatrices
y sabía
que podía no haber regreso
en la habitación oscura
la luz amarilla por la ventana
sin frío ni calor.

Dijo que no le había dolido nada
y se desnudó para mostrarme
sus tres heridas.

Apoyé la cabeza, compasiva,
y escuché
le latían
los átomos
y los sentí girar
quietos
en las órbitas.

No dije nada para no interrumpir
el movimiento
infinito
celeste
de lo dado.

Y lo que sucedió fue por eso
nada más que por eso
porque no quería que me preguntara
qué pensaba de algo tan simple
como la posibilidad de que el universo se detuviera
y nos dejara pasivos.

Y yo le dije,
aunque no debería haber dicho,
que no le temo a nada
salvo
a la contemplación.